Sobre la historia de Luján…

Hace unos años en MundoBochas publicamos la historia de Luján, el hombre que jugaba sin manos y cuya reseña llegó de la mano de Jorge Abratte (Ver Leonardo Luján, el manco) con una magnífica narración de lo que fue su presencia en Morteros.

Hace unos días se ha contactado con nosotros Francisco «Panchi» Cosso, entrerriano de Gualeguay, quien nos dice que «me encantan las historias y especialmente de disciplinas deportivas que se practican con pasión y a todo pulmón. Mi padre fue un gran jugador en nuestra provincia y se preocupaba por presentar a las mejores figuras del deporte blanco. Dos veces trajo desde Bel Ville, Córdoba, a los campeones mundiales en la década del ’60, Ghío, Verra y Richard Quinn».

Y sobre la nota de Luján, nos decía: «Quiero aportar algo al respecto. No sé con seguridad donde nació Leonardo Luján, el Hombre sin brazos, a quien tuve la oportunidad de ver a mitad de los años ’60. Yo tenía 15 años y vivía en la cancha de bochas pegada a mi casa, ya que mi padre Leonardo Cosso fue 17 años presidente en el Club «El Refugio» de la ciudad de Gualeguay, Entre Ríos; y quien había donado el terreno de 12 metros por 40 de fondo y aportó permanentemente para levantar sus instalaciones. Tanto es así que en estos días el club reconocerá su figura el 19 de octubre de 2019. Digo que este club fue y sigue siendo un pionero en bochas. Mi padre se entera que Luján estaba en la ciudad de Larroque, a 40 kilómetros de Gualeguay, para hacer una presentación. Ese mismo día luego de almorzar viajamos a verlo a Luján quien estaba en una pensión descansando y allí se acordó su presentación a los pocos días en El Refugio. Era una noche de primavera repleta de público, como nunca se había visto en ningún club de mi ciudad, convocado por el deporte de las lisas y rayadas. Le pasé la lona a la cancha que lucía como nunca y Eduardo Morales, un gran jugador del club, me hizo jugar  mano a mano a Lujan. El partido era a 12 tantos. Yo andaba muy bien, tal es así que íbamos parejo pero creo que Lujan me aflojaba. Al llegar a 10 apretó y me ganó 12 a 10. El manejo de Lujan era imponente, su pie hacia de cuenta que era su mano, lo mismo que hacemos con la mano cuando manejamos la bocha, el lo hacía con el pie. Andaba con un asistente, que con el tiempo escuche que le había pegado un bochazo en la cabeza provocando su muerte, aunque nunca lo pude confirmar.  Con relación a su accidente, siendo muy joven una máquina trilladora le cortó los brazos y fui testigo del encuentro de esa noche en El Refugio, con un hombre del departamento Gualeguay, zona de campaña, que fue quien lo sacó de la máquina con los brazos cortados. Según dijeron allí – estábamos en el churrasquero del club, luego de la exhibición – aún con mucha gente que lo abrazaba y llegó este señor que le salvó la vida y lo habló abrazándolo con gran alegría y llorando ambos. Ahí recordaron parte de lo escurrido. El señor  había escuchado en la campaña que venía Lujan al Refugio y se fue a verlo. Nunca olvidaré este momento vivido, increíble. No creo que Lujan y su amigo estén vivos porque  han pasado muchos años,  hoy estaría en los 95 años aproximadamente. Un genio Luján…»