Por Juan Carlos Licari.
Pasaron 39 ediciones y la vigencia no se detiene, agregando que cada realización acrecienta la misma, lo comprobamos fehacientemente en el recién finalizado.-
El exitoso repaso histórico nos indica marcar con letras de molde y admiración, a una contienda que marcará un hito resonante e invalorable, cuando acudamos a desmenuzar su rica historia.
Es que la presentación de las dos canchas con piso sintético y las mejoras edilicias del «MITICO JOSE DONATO GHIO» impactaron de sobremanera a una presencia record de aficionados en su historial.
Entonces nos preguntamos, si lo habrán soñado aquellos integrantes de la Sub-Comisión que allá por el año 1977 organizaban la edición primera, al igual que los seguidores de la Ciudad y la Región.
Seguimos indagando y pensando si esos centenares de dirigentes habrán imaginado en cada inicio del evento, que se mantendría en el más alto nivel la competencia, llegando a una supervivencia de cuatro décadas.
Verdaderamente comprobamos que la semilla fue germinando en los innumerables responsables conocidos y anónimos, que mantuvieron viva y alimentaron esa llama para hacer realidad anualmente tan magno certamen.
Lo que a simple vista parecía enmarcarse en una locura, una verdadera utopía y audaz consigna, traer a los mejores jugadores del momento, el infatigable trabajo diario y una admirable perseverancia, permitieron hacer realidad el objetivo propuesto.
Así se fueron sucediendo los torneos con grillas ilustres, renombrados y reconocidos participantes, que nos brindaron jornadas de un alto vuelo técnico, no exentos de definiciones infartantes e inolvidables.
A esa faz deportiva inigualable, debemos agregarle los actos inaugurales, provistos de presentaciones culturales de la Ciudad, recuerdos, anécdotas y reconocimientos que hacen vibrar el estadio y el corazón de los espectadores.
Los recuerdos se nos precipitan a raudales, las referencias inevitables para los que no están, principalmente a los artífices que construyeron los cimientos del torneo que cumplirá los 40 años de disputa ininterrumpida, ejemplo puro de una labor de vocación y dedicación plena y sin condicionamientos.
Considerando esta orgullosa realidad, hoy más que nunca rescatamos uno de los tantos epígrafes periodísticos que lo enaltecen:»EL ARMANDO FERRARI ES UN MOJON DE ORO EN EL AMBITO BOCHÓFILO ARGENTINO».
Juan Licari, columnista de este sitio desde hace varios años y un periodista de dilatada trayectoria.