Cagau de frío. Así entró el Gringo al bar. Empochado hasta los ojos, sólo dejando los orificios nasales libres pa respirar. Al pasar le pidió una grapa al Cordobés. Pa entrar en calor.
Gringo: Buenas, buenas. Que frío del orto, por Dio y la virgen santa.
Bocha: Hola gringura, estás tiritando hermano. ¿Todo bien muchachos?
Carlitos: Bien, parecen los fríos de antes, los del campo cuando íbamos a ordeñar y entregar la leche a la cremería.
Gringo: Má, lo que mentía el viejo Chicco ahí, no sé si nos reíamos de lo que contaba o de lo cagau de frío que estábamos.
Gustavo: Mi viejo me contaba que una vez, que estaban en un baile en el campo, dice que había una mosquitada de la san puta. Y como no se podía estar, lógico que en esa época no había Off ni nada por el estilo; dice que bailaban con un espiral en cada hombro pa espantar los mosquitos…
Bocha: Que tipo clavador, de esas tiene mil.
Gringo: Ma, hablando de clavador, lo que está jugando el Ismael, no recuerdo un arranque tan endiablau, ta terrible ese muchacho, no hay con que darle.
Carlitos: Parece los de antes, parece (siempre la nostalgia presente)
Gallego: Pues Bocha, vos que tenés la estadista…
Gringo: Estadística Gallego, ¡estadística!
Bocha: La verdad, de los últimos años debe ser de los mejores arranques, muy bien el santafesino, sólido de arrime y bochazo. Y son esos momentos en que el jugador se siente imbatible.
Gustavo: Vos lo venís viendo desde hace mucho Bocha, ¿no?
Bocha: A ver, a ver, uno no descubre nada. Va por la vida viendo jugadores y luego recuerda, cuando esos proyectos se hacen realidad. Les cuento. Hace diez años, el «Chacho» Dato me invitó a Paraná, a un torneo. Y ahí había dos pibitos que jugaban todo el día. De acá para allá. Palo y palo, no le erraban. Eran Antivero, se escribe así, sin ese, y el «vasquito» Orbegozo, Leonel. Mirá hoy, dos pibes que ya son presente.
Gustavo: ¡¡¡Borombon bom, boronbon bom, pal Ismael, la selección!!! (interrumpe)
Gringo: Pues, estás como en el feibu áspero.
Bocha: A ver – se pone pensativo – lo que se busca, con esta expresión tribunera feisbuquiana, es un reconocimiento mayor, superior, para el jugador del momento. Pero muchachos, la verdad, hoy no hay a nivel selección ni un sudamericano ni un panamericano. Esa es la realidad, no hay un torneo donde se lo pueda convocar al pibe; que la rompe, de eso, estamos todos de acuerdo.
Gustavo: Parece la propaganda del Fernet. ¡Traeme uno Cordobés, con palitos!
Gallego: Pues, muy bien Bocha, siempre claro vos, siempre claro.
Gringo: Y, que más hay, novedades Bocha.
Bocha: A nivel dirigencial, la llegada de Limardo a la raffa volo a nivel mundial es la noticia. Pensemos – los mira – muchachos, que Bravo está en el zerbín, Limardo en esta. O sea, los dirigentes argentinos son valorados para conducir los máximos organismos mundiales.
Gustavo: Ya está, ahora no vamos a jugar más a las bochas (tira duro, picante)
Bocha: No me jodás (se calienta), vos vas a jugar a lo que se te canten las bolas, y vas a jugar a nuestras bochas. Vos crees que se puede cambiar, dejar a la gente sin jugar…Además las canchas, las bochas. No me rompan las pelotas muchachos, basta con esas boludeces…
Gallego: Pues, pues, tranquilo Bocha, tranquilo, se te va a salir el corazón.
Gringo: Che, Bocha, perdona que te joda, ¿escuchaste hablar del sorteo?
Bocha: Si amigos, la Confederación todos los meses sortea 5 lúcas entre los jugadores habilitados.
Gringo: Ma ahora me voy a afederar, así con la estampilla puedo participar del sorteo.
Bocha: Federar Gringo, federar. Afederar está mal dicho.
Gringo: Che, ¿como era el tema de la proporción del chancho y la carne pa la carneada?
Y ahí quedó la barra. Cada uno con su receta del chori casero. El del bueno, de cuero o cuni, la panceta, la bondiola y por supuesto, ver en que campo se hace la próxima. De bochas, ya habían hablado un rato largo.