Termino de ver una entrevista al Nico Pretto y la primera conclusión que saco es que la tiene clara el pibe. Dentro y fuera de la cancha. Cada vez que tiene un micrófono enfrente hace docencia. Ergo, le falta una materia para recibirse de profesor. Y la que tiene pendiente es educación adaptada. Haciendo un juego de palabras, debemos – los que ya peinamos canas – adaptar nuestra educación bochófila ya que crecimos en un tiempo que ya no es. Debemos, repito el término y creo, ampliar la mirada, abrir la mente. Entender, que si se va a un mundial es fantástico, notable. Y que con las queridas bochas de nuestro día a día, no podremos competir en mundiales; porque sólo las jugamos en Sudamérica. Y cada vez menos…
Cierro el año periodístico hablando con un crack, una figura que anda por los 70 de edad, que las rompió literalmente en sus tiempos (en breve pondremos fragmentos de un trabajo escrito que lo involucra) y me cuenta que le encanta ver todo lo que hace la joya de Sacanta.
Se ha ganado el Nico, el respeto de todo el ambiente bochófilo. Y va dejando un mojón tras otro. Poniendo señales, marcando caminos para los que vienen detrás de él. También apuntando a que nos conozcan, a que salgamos de nuestro medioambiente natural.
Son, esos mojones que cito, señales, marcas que se suman a las que ya fueron poniendo otros. Como por ejemplo Basualdo el 4 de octubre de 2009 con el primer oro mundialista. O Zapata en Bahía Blanca. O los diferentes seleccionados que a fuerza de talento, esfuerzo y sacrificio van creciendo mundial tras mundial. O los que marca Gáspari, con un laburo constante, que cuenta con una apertura nunca antes vista. ¡Chapeau José! Aplausos, aplausos y más aplausos. O los que deja Limardo en su andar, cuando va golpeando puertas para abrirlas a todo el mundo bochófilo. O las que ponemos los comunicadores deportivos de las bochas. O los dirigentes en cada club, en cada asociación.
Hay que seguir, hay que continuar sumando. Venimos de un 2016 donde se amesetó, en mi opinión, la movida interna. Quizás, creo también, que la economía incidió en lo diario de una disciplina como la nuestra. Hubo menos especiales, el calendario oficial se amontonó de tal forma en el segundo semestre que se hizo dificultoso para las distintas federaciones.
Por eso, en el arranque de un nuevo año, brindemos por aprender de lo pasado e ir poniendo mojones a cada paso que se va dando. Así, estimados amigos, continuaremos creciendo.