Mirada mundialista.

Aturdido. Así quedé. Sin reacción. Con la cabeza yendo y viniendo. Estando acá y queriendo estar allá; para ver y compartir esos momentos únicos, donde la designación de Ceres como sede mundialista para el próximo año se hizo realidad. Y sepan entender que más allá del rigor periodístico, aquí se mezcla lo emocional y lo sentimental. Soy ceresino de nacimiento. Entonces por mi mente, cuando me dieron la noticia, cruzaron mil imágenes y sensaciones de ayer y de hoy.

Pasada esa etapa, hay que empezar a poner la mirada y la lupa sobre todo lo que representa un mundial. Primero es un orgullo que el mundo bochófilo pose la vista sobre nuestro país una vez más. Ahora llegará el momento de empezar a trabajar en las distintas aristas que componen una competencia de esta envergadura. Pero tenemos una de nuestro lado: Iguazú 2012 y Bahía Blanca 2013; los últimos mundiales organizados por la Argentina. Aquí la experiencia jugará a favor para repetir lo que estuvo bien y corregir los errores del pasado.

Uno de los primeros planteos es la hotelería. Tener capacidad y calidad suficiente para alojar a los visitantes. Si sacamos la cuenta de una treintena de equipos, con cuatro o cinco integrantes por delegación, más árbitros, dirigentes y periodistas; andaríamos en alrededor de 250 a 300 personas directamente relacionadas con el campeonato. Y en este punto, el primer análisis según cuentan desde Ceres y zona es positivo.

El estadio y las canchas es otros de los items. Habría que montar un complejo con cuatro canchas similar al que se hizo en la ciudad de las Cataratas hace seis años atrás. Otra a favor. El piso o la carpeta la tenemos disponible en nuestra tierra. Y gimnasios con espacio suficiente también hay para instalar los campos de juego.

Las comidas son otro de los puntos a observar. Acá ponga un pleno porque por historia y tradición todos los torneos que cobija la Noroeste se llevan el premio mayor en este item.

¿Como llegarán? El transporte será un punto a trabajar cuidadosa y detalladamente. Las selecciones aterrizarán mayoritariamente en Ezeiza – salvo algún sudamericano que arribe a Córdoba – y desde allí habrá que relocalizarlas por aire y tierra o ambos, para llegar a la sede. Aquí la experiencia de lo hecho en los anteriores mundiales también será vital.

Y además, todo lo relacionado con el área de prensa, los traductores, el armado del acto inaugural y el de clausura; entre otros temas.

El mundial, como verán, ya comenzó…