“Es una máquina” murmura el hombre buscando la complicidad de la palabra o de un guiño que avale lo que está diciendo. Acodado en la baranda de Porteño de Zárate, en marzo de este año, se muestra sorprendido de ver lo que está viendo: por primera vez a este joven y exitoso jugador que la rompe, literalmente.
Y a su talento le anexó una ducticilidad para jugar y ganar en cualquier juego; como lo hizo en este año. Es como que escribiera en un chip imaginario en su cerebro “zerbín” y saliera programado para el volo. O para el sudamericano o la raffa volo.
Es el Nico de Sacanta, que hizo famosa a su tierra cordobesa a fuerza de palos, arrimes, rafas, lo que se le ocurra. A esta máquina, como la llama la baranda, la dirigieron desde sus inicios José Gáspari y Eduardo Luján. Con ellos charló MundoBochas, para conocer un poco más de Pretto y también, para ver la visión de cómo fue su evolución.
La visión del sáltense Luján.
- ¿Cuál fue el primer torneo que lo dirigiste?
- El Sudamericano de Tucumán, en 2008. Ahí tenía 14 años. En realidad hasta el público y algunos dirigentes pensaban en ese momento que Pretto era para rellenar el equipo y que iba a estar ahí de suplente porque era chiquitito, había ido con los padres. Y fue, lo terminé poniendo más partidos que ninguno creo ahí en Tucumán. Porque ya era una cosa de locos lo que jugaba. Y le podía costar un poco allá en el fondo porque no llegaba bien. Después no paró de mejorar, no para de mejorar. Ya en el 2011 en Fraga, ya no tenía distancia… Tiene esa garra que tiene él que no se entrega nunca. Le ganó un partido al peruano en ese Sudamericano que se le había complicado. 13 a 11 perdiendo en la última mano y saca el bochin no muy cerca y queda ganando una bocha en el fondo que el otro le pegó suave y le metió tres clavadas para salir. No todos hacen eso en un campeonato así en un momento así. Y cada vez que queda con ventaja de bochas olvidate que el rival va a salir. Y venía pasando de antes y cada día mejora más. El hecho está que ya ganó el argentino individual de mayores. Y ya está entre los número uno de la Argentina sin dudas. Si no es el uno está ahí…
- ¿Qué destacás en él?
- A mi sabés lo que más me gusta del tipo (N. de la R.: Luján suele usar la palabra tipo en toda la charla para referirse a Pretto) en ningún momento demuestra que es el mejor, ni que quiere demostrarle al compañero que es el mejor. Está ahí, es uno más, nunca quiere sobresalir. A mi me han tocado chicos, incluso grandes que dicen “viste el bochazo que pegué”. A pesar de que pega 20 clavadas por partido ni siquiera lo nombra. El no dice ganamos por mí, ni lo dice nunca en una semana que vos estás. Jamás te va a hablar de él. Eso es lo que más le valoro. De que se une al grupo siendo que él sabe que es el mejor del equipo, que es el as de espada; sin embargo en ningún momento lo hace notar como que “yo soy el mejor y ustedes me tienen que seguir”. Nada, en ningún momento. Otros jugadores, esto pasa mucho en mayores, vos estás jugando y tu compañero se va a dormir la siesta porque tiene que jugar después. Y él tenía que jugar y se quedaba mirando al compañero. Entendés, esas cosas son las que yo le valoro más allá del juego, por más que yo lo conozca desde muy chiquito me sorprende continuamente. Es igual a como era hace siete años atrás cuando lo conocí siendo que cambio en el juego.
- ¿Tiene techo?
- Para mí, que se yo, tengo la ilusión de que llegue a ser campeón del mundo en raffa volo por ejemplo. Como llegó en el zerbín va a llegar en la raffa volo también. Porque él practicó la rafa dos días como lo practicaron todos porque no hubo tiempo. Y casi no erró rafas Daniel, entendés, rafó el bochín, la bocha y erró muy poquitas. Imaginate; en el bochazo no le erra, de arrime ha mejorado un montón porque cuando yo lo conocí no arrimaba. Ahora está muy cerca del bochín. Imaginate; si agarra bien la rafa, que para el va a ser fácil porque tira bien la bocha, va a ser muy difícil que alguien le gane en raffa volo en un futuro. Y el futuro es el zerbín y la raffa volo. A ver, el juego nuestro es muy lindo, hay escuelitas de bochas, pero si alguien quiere jugar a nivel internacional se va a jugar a este juego. El juego sudamericano ya no lo juega casi nadie. Por eso tiene doble mérito haber ganado (habla del Panamericano de raffa volo) porque Brasil ya hace cinco años que está jugando. Yo hablé con los chicos de Brasil, no es que hicieron como nosotros que practicaron dos días. Uruguay lo mismo, Perú lo mismo. Todos los países de Sudamerica.
Y en el final de la charla dejó una reflexión: “Para mí va rumbo a ser un grande, salvo que por alguna razón deje de jugar, algún problema; porque si él sigue así va rumbo a ser imbatible. Porque él no se cansa de ganar. Entra con los dientes apretados por más que sepa que su rival no juega nada. Eso es lo que me gusta del tipo. Algunos partidos que vos sabías que iba a ganar fácil, entró con todo. Si puede ganar 15 a 0 lo hace, no le da chance a nadie. Y lo hizo siempre, desde que lo conozco”.
En Fraga, con José y Eduardo.
El análisis de Gáspari.
- ¿Te acordás del primer campeonato que lo dirigiste?
- Sí, por supuesto. Fue en el 2009, el primer viaje internacional que hicimos. Que participamos primero en Mónaco y después fuimos a Macon. En ese momento aparte de tener la calidad de jugador que se le veía, que si seguía en el deporte iba a ser muy buen jugador, también tenía lo que todo chico que estaba protegido por su padres tiene, tenía muchas mañas que se le fue sacando mundial tras mundial. Y entendió que no era un juego sino un deporte. Y fue creciendo como deportista, que eso es lo importante. Él entendió en su cabeza que pasó de ser un juego a un deporte y se preparó deportivamente para cada competencia.
- ¿Qué momentos destacas de esa evolución, de esa flecha ascendente?
- Y el después que terminamos la competencia en el 2009, en esas famosas reuniones que hacemos cuando cerramos el viaje, que en ese momento estaba también Limardo, y hacemos una charla donde le hacemos entender que él tenía todas las condiciones para ir a todos los mundiales de ahí en adelante. Pero tenía que cambiar actitudes. Y creo que de ahí lo tomó y empezó a cambiar su forma. Si no le gustaba la comida se levantaba de la mesa o si no le gustaba algo se separaba del grupo. De ahí en más entendió que todos somos un grupo, que todos somos la selección argentina. Y de ahí en más empezó a trabajar grupalmente. Todos tiramos para el mismo lado, alguno puede tener más condiciones que otro pero cuando vestimos la camiseta todos luchamos para defenderla. Nadie juega una bocha a perderla ni nadie tira un bochazo a errarlo. Entonces cuando entendió eso creció como persona y como jugador.
- Era muy chico también…
- 15 años el primer mundial que lo llevamos. Después de los 17 en adelante empezó a ser un jugador más completo. Antes era bochazo y bueno, ya de ahí en más él se preocupó en tratar de arrimar. Uno lo ve año tras año que cada vez es un jugador más completo.
- ¿Te acordás el mundial en que le decían Messi?
- Sí, como que no…2010 en adelante, Croacia.
- Llegaba él y le decían Messi, así nomás, ni más ni menos.
- El Messi de las bochas.
- ¿Le ves techo en su carrera, o puede seguir dando más?
- Yo creo, no es que le vea techo. Yo creo que él en algunas cosas él se tiene que tener fe, más fe de la que a veces se tiene porque es un jugador que se pone metas. Para ir a participar a cualquier competencia se pone metas y si de las seis especialidades él participa en 3, de las 3 en una quiere llegar arriba. Él se pone metas y trabaja para eso. El tema es que cuando vos te ponés metas también te presionás mucho.
- Puede actuar en sentido inverso.
- Por ejemplo en este mundial juvenil la meta de él era ser campeón individual, eso yo lo sé porque es lo que apuntaba él, para colmo era la última competencia de la categoría en juego (N. de la R.: en zerbín un año se juega las especialidades de tiro y al siguiente las de juego). Y pierde en semifinales un partido increíble que termina teniéndose confianza en el arrime y no en el bochazo cuando él venía pegando el noventa por ciento en todo el campeonato. Yo creo que no ha llegado a la cúspide. Inclusive hablaba con Alberto Andrada estos días y me decía que hasta la rafa la tira bien. Él no había incursionado en raffa volo, es un jugador que se lo puede explotar en todas las modalidades.
- ¿Que virtudes destacas?
- La evolución que hizo como deportista, como persona. Y hoy que es dentro del grupo, no solamente uno de los caudillos porque todo el mundo lo respeta por el juego que tiene, a los nuevos es uno de los que más rápido los suma, los integra al grupo. Eso es para rescatar porque hoy por hoy no se cree más que nadie. Y entiende que cuando estamos con la camiseta de la selección todos defendemos lo mismo. Y eso es muy importante porque es el referente, vamos a ser sincero, como en su momento lo fue Raúl, como lo fue Cristian, hoy lo es Nicolás.