Hace un tiempo que no escribía con la emoción a flor de piel, con las lágrimas a punto de salir, viviendo y haciendo fuerza en cada bochazo, en cada paso que daban ellos. Y detrás de ellos, como cada vez que algún deportista se pone la celeste y blanca, vamos todos.
La prueba es durísima, difícil, compleja y todos los adjetivos que usted quiera ponerle. Hay que tener resistencia atlética, técnica y precisión. Sumemosle que Montemerlo tiene experiencia pero Di Nello conoció las bochas de zerbín hace dos meses nomás. Gáspari confió en él y los profes le dieron un trabajo físico que cumplió a rajatabla para llegar en la mejor forma posible. Y después había que ensamblar la dupla, coordinar todo en los pocos entrenamientos que tuvieron.
Por todo esto, a pesar de que no subirán al podio cuando en Rijeka se entreguen las medallas, ellos lograron el reconocimiento de todo el mundo bochófilo. Pegaron 49 bochazos en 55 tiros y lograron un inolvidable quinto puesto con récord americano.
Fue conmovedor ver, a través de la excelente transmisión oficial, el abrazo cerrado y el festejo de ese puñado de argentinos que demostraron, una vez más, que vamos por buen camino.
Di Nello, en la foto superior. Y Montemerlo. Artífices de un gran logro.