El mundo se abre. En la letras. Da paso, permite una apertura. Detrás, una bocha parece posada como en un continente. El bochín en una isla. Y la otra bocha, en otro. El juego de la fotografía lo tiró el marplatense Matías Ortíz, quien se «copó» jugando y dándole una vuelta de tuerca a una imagen clásica de nuestro deporte.
Y esa apertura, la podemos trasladar a los hechos dirigenciales de los últimos tiempo: Marcelo Bravo en la F.I.B., desde el sábado Limardo en la C.B.I. Y la llegada también a la C.M.S.B., la Confédération Mondiale des Sports de Boule donde se agrupan la petanca, la raffa volo y el zerbín. Todo en un proceso que lleva una movida nunca antes vista para que se arribe a los juegos olímpicos de París 2024.
Y nuestros mundialistas. Y los campeones del oro en el pecho y la bandera celeste y blanca en lo más alto con el himno sonando de fondo.
Todo esto viene sucediendo hace años. Cuando abrimos el juego. Porque así en las bochas como en la vida, hay que animarse a caminar nuevos caminos.