El famoso Virulazo.

La charla vía WhatsApp con el colega Guillermo Alfieri arranca sobre un trabajo que está realizando y como era la apuesta a «la tapada». Y mensaje va, mensaje viene; nos da un dato histórico importante que erróneamente habíamos publicado. Aquí, la historia que gentilmente nos acerca sobre un ícono del tango y su relación con las bochas…

¿Sabías que…?

El notable bailarín de tangos Jorge Martín Orcaizaguirre fue un gran jugador de bochas y que el apodo con el que se hizo mundialmente famoso (“Virulazo”) proviene de este querido deporte? La historia es así:

A sus 17 años de edad (1943), “el vasquito” Jorge, como lo llamaban entonces, era un destacado jugador de bochas en su barrio de La Tablada, partido de la Matanza provincia de Buenos Aires. Y en torno a sus partidas, los veteranos apostaban, a favor o en contra. Jugaba en el club social Almafuerte y en un boliche con ecos de pulpería, llamado “La Figura”. El fuerte de Orcaizaguirre no era el arrime sino el bochazo. Entre sus hinchas más fervientes estaba el “El Tano Roque”, inmigrante calabrés que hablaba en “cocoliche” como se llamaba entonces a la mezcolanza de palabras italianas y españolas. De modo que cuando la partida llegaba a sus instancias decisivas don Roque se entusiasmaba: “Ma, pero mandale el Virulazo!”. Y tanto lo gritaba que el vecindario comenzó a olvidarse que ese joven hábil para la milonga y las bochas era “Jorge” o el “vasquito”, rebautizándolo definitivamente como “Virulazo”.

(Datos aportados por el periodista Guillermo Alfieri, en base al relato que el propio Virulazo le hizo al autor en entrevista del 27 de marzo de 1988, diario Página/12)