“La verdad que yo estoy súper contento”. Con esta frase comenzó la charla con MundoBochas el mendocino Diego Acebero quien el fin de semana, en el especial individual de Charata, Chaco; quedó entre los semifinalistas en un certamen plagado de figuras (los otros fueron Pretto, Antivero y el local Ledesma). “Es difícil, el hecho de estar participando de este tipo de torneos es muy importante”.
“Mi viejo, que representó mucho a la provincia – continúa – me aconseja mucho y es como que te dan un lindo empujón desde la casa. Si bien ya no vivo con él pero gracias a Dios lo tengo siempre pechándome, empujándome”.
Treinta y ocho años tiene este nativo de la tierra del sol y del buen vino que a los 12 ya era campeón provincial juvenil dando un amplio margen de edad. “Mi abuelo tenía cancha de bochas, mi papá ha estado toda la vida en las bochas; ya lo traigo en la sangre”.
-¿Vos metés mil kilómetros como nada?
– Como mínimo, saliendo de acá, a Morteros tenés 900, es complicado el tema, es muy difícil. Orlando – uno de los dirigentes del club Agustín Alvarez donde está militando – es un loco que atinó a hacer un torneo grande, que ya se han dejado de hacer y yo me subí a la par y lo acompañé dentro de lo que pude. Vos imaginate que yo trabajo en una fábrica y cuando dependes del trabajo y demás se hace difícil con los horarios y demás. Hemos ido a torneos, por ejemplo a Río Seco, y he llegado a las seis de la mañana para ir a trabajar. Pero apostamos al torneo nuestro, a que la gente venga a Mendoza así se puede ver más bochas y contagiar un poco.
-¿Hace un año más o menos que llevas este ritmo?
-Y…(piensa) dos años, antes estaba en Velez Sarsfield con Felipe Vecher, que inclusive está ahora acá con nosotros. Siempre he salido pero he salido salteado, no con tanto compromiso como ahora. El torneo de a poco te va obligando.
Una postal de su recorrido por el mapa bochófilo nacional.
El roce te hace crecer.
Sobre el tema de chocar en una cancha con los animadores de los torneos de jerarquía, Acebero analizó: “El tema de cruzarte con los grandes te va relajando un poco más torneo a torneo y vos podés desarrollar tu juego. Es como que la experiencia se va notando de a poco. ‘En algún momento se va a dar’ dijera mi papá. Porque yo le digo jugando bien ha pasado esto o aquello y él me dice esas palabras”.
“No tenés mucho margen – continuó- por ejemplo yo para ir a Charata salí el jueves a las 5 de la tarde, cenamos como a las once y media de la noche y llegamos el viernes a las 11 de la mañana. Me pusieron a las tres de la tarde, así que me bañé, no almorcé y me fui a jugar. Y viste como son estos torneos, que tenés que esperar, entonces no sabía si estirarme, si descansar; pero bueno uno trata de hacer lo posible, a veces se da y a veces no”.
Su entrenamiento.
“Yo últimamente vengo entrenando casi todos los días. Trato de dejar el lunes más relajado, salgo a caminar o algo así. A mí me motivó cuando al suspenderse el torneo de Cristian Dinello me fui de vacaciones y pude hacer un entrenamiento un poquito más intenso, como más comprometido con la situación y ya que es como que agarré un embalaje y lo mantuve. Yo vivo a 50 kilómetros del club donde yo juego porque la asociación de mi ciudad se ha desafiliado; y hay una sintética a 15 kilómetros más o menos. Y la cancha está cerrada, hay 5 o 6 personas que juegan. Así que hablé con ellos y me hice socio, entonces cuando tengo un tiempito, una o dos horas, voy ahí a agarrarle la mano al sintético. Primero me adapté al cambio, porque por ahí te toca sintética-tierra o tierra-sintética. Me quería adaptar porque es muy brusco el cambio y pude ir incrementando la experiencia que fui agarrando de ir a los torneos. Todo eso lo tenés que empezar a manejar porque eso influye”.
Definiéndose.
– Para lo que no te conocen, ¿en qué basas tu juego?
– Yo confío más en el arrime. Pero me pasa algo raro que por ahí confío más en el arrime y me sorprendo como este fin de semana en el bochazo. Y por ahí me siento muy bien de bochazo y me afianzo más de arrime. Yo de chiquito siempre jugaba a la punta pero la situación de la categoría me hacía jugar de bochador. Generalmente me siento más cómodo en un trío cuando juego en el medio.
Sub 15 y familia.
“Ahora estamos con esto de los chicos del Sub 15, yo quiero que se junten, pero con esto de los viajes se me acortan los tiempos. Hay un día de la semana que se lo tengo que dedicar a ellos. Hemos quedado en juntarnos los miércoles y hay 10 o 15 chicos que están entrenando. La que más tiene que aguantar en este caso es la familia, que hacen el aguante. Gracias a Dios están bancando todo”.
Sus inicios.