Cuentos en tiempo pasado: El Borracho.

Oscar Camusso la rompió dentro de la cancha. «El Campeón», así apodaban al rafaelino, marcó una época en las denominadas «bochas grandes». Y hoy, le da al teclado con notable calidad como en sus épocas de bochador.

De su libro Cuentos en tiempo pasado compartimos El Borracho.

Tarde noche de casi todos los días – “Yuanín” (Juan) – un inmigrante gringo de vocabulario algo “atravesado” y “Betún”(Ramón) – nativo y de hábitos gauchescos – se juntaban invariablemente en el Boliche de Doña Ofelia (sesentona, algo de sobrepeso y bastante huraña), situado en un barrio periférico y humilde de Rafaela, allá a inicios de la década del 70. Eran dos amigos inseparables (ambos solteros) que rondaban las cuatro
décadas, laburantes de frigorífico uno y de albañil el otro, los unía los que a otros separaba – su descendencia – gringo y mestizo, y la bohemia de la vida. Quizás hoy – desconociendo su peregrinar – aún se junten para despuntar el vicio de hechos y recuerdos.
Afines al juego de naipes y las bochas – regulares a malos en ambas disciplinas – pero pasionales en la disputa. Comienzan esta charla descriptiva en derredor a una mesa redonda de chapa, de pequeñas dimensiones y sentados en sillas plegables de madera frágil y de dudosa estabilidad, bebiendo un “ajenjo” y un vino tinto, como para conservar la tradición de sus progenitores; y casi siempre con la compañía de un perro callejero y tristón, dormitando a un costado y esperando algún premio comestible por el cariño mutuo que los unía.
Sin ánimo de bienvenida a los parroquianos, Doña Ofelia acerca un juego de cartas españolas, donde dan comienzo un “mano a mano” – al mejor de tres – de una escoba básica y a la cual el perdedor debía abonar indefectiblemente la consumición. Finalizada la partida entre risas, alaridos, lamentos y cargadas, comienza este relato:
-Betún: ¡Otra vez me ha tocado ganarte! ¡Que grande que soy papá…!
-Yuanín: contra la suerte y esto… (Señala una circunferencia con ambas manos) …es imposible, ¡tendrías que conseguirte una“ragazza” …!
-Betún: ¡Jua..Jua…! mejor no hablar de polleras..!
-Yuanín: ¿Viste lo que paso en la final del torneo de bochas de tríos en “Deportivo Central” …?
-Betún: Que lo parió…no pude ir por el laburo. ¿Quién ganó…?

-Yuanín: Ma, Llegaron a la final los dos mejores equipos de la provincia: el local con el “Zurdo” López a la punta, y el otro del Club Perla del Oeste con el “Gringo” Tabusso al palo.
-Betún: ¡Me imagino un mundo de gente mirando…y los apostadores en su salsa!
-Yuanín: Ma, ¡No te imaginas…! ¡Un calor de la “madonna…! ¡La tribuna “de aquel lado” estaba repleta, las barandas a “fule” …! algunos colgados de las ventanas otros arriba de tablones o escaleras y el que más llamaba la atención era el “Chiri” Villoldo, pasado en copas como siempre y además había jugado unos “soldi” (los pocos que tenía, eso creo…) a mano del local, por supuesto alentando con gritos algo apagados por la “mama” en camino.
-Betún: ¿Dale…contame que paso…?, seguro que discutió con algún ladero del público, ya que no es de armar lío, eso sí cargoso cuando su “adición” por el “chirimisco” (vino moscato con amargo) se le sube a la “testa”, ¡o quizás hizo cambio de bebida y no le cayó bien…!
-Yuanín: Ma…no, no lo vas a poder creer. Llegaron los finalistas 14 a 14 en un partido bravo y lleno de “emocione”, nadie erraba, se ganaban todos los puntos a pulseada
limpia, viste que en esto yo soy imparcial: la última bocha “El Gringo” para definir en arrime, debía entrar a menos de 50 centímetros difícil muy difícil, punta a punta… largas estas canchas… viste? venia la bocha rodando “piano piano” y como haciéndole burlas – a medida que se acercaba al bochín – al “Chiri” apostador, y faltando unos dos metros ya no había dudas que definía “la partida”; de pronto el “Chiri” salta la baranda entejidada, cae dentro de la cancha y cerca de la jugada final; se “tropeya” con los laterales, sigue a los tumbos y otras yerbas, y con su vaso medio lleno que es lo último que derrama en la tierra de la cancha, empieza a “pateare” primero la bocha en movimiento que estaba por hacer punto a “partito” y luego todas las otras que estaban en “gioco”, a los gritos de cosas que no se entendía nada..! ¡Claro…! Iba a perder la apuesta y no encontró mejor forma de salvarla…sino ¡“senza soldi”…!

-Betún: ¿me dejas anonadado…así se dice…? ¿No lo puedo creer, y que pasó con la jugada…? y con el “Chiri” …? pobre… ya los años y las “trancas” lo pasaron por arriba.
-Yuanín: Lo sacaron al Chiri por las orejas, por los pelos… “gambes” y manos; ¡y se armó un lío de aquellos…! Luego de largos minutos el Juez dispuso (reglamento a la vista) la anulación de la jugada, y se repitió aquella fatídica ultima “mano”: otra vez quedaron bocha y bocha para definir; esta vez el “Gringo” con un bochazo complicado pero certero allá al 1 y 20, puso el 15 a 14 definitivo…y a cobrar; bueno los que pudieron…! porque varias apuestas quedaron sin acuerdo o “más bien” los perdedores se hicieron los “sotas”
aprovechando semejante “despelote”, como dicen ustedes.…!
-Betún: ¡Que me contás “Yuanin” …! La que me perdí, y bue…uno nunca termina de ver o escuchar cosas nunca ocurridas – se dice ¿“néditas”? – siempre hay una primera vez, como dicen los que saben.
-Yuanín: Pero “amico” … que “partida” que hicieron…tanto que ni al baño fui para no perder el lugar. ¡Que “giocatores” mama mía…! 320 tríos…y premios para “amoblare” toda la casa…
-Betún: ¡Doña Ofelia…! ¡Traiga otra vuelta que esta la pago yo…! ¡Ah…no lo “sodee” mucho al tinto…!