Cipriano, un grande. Con 103 años, juega a las bochas y lee el diario cada día.

Fuente: La Voz del Interior

Foto: FM 2000 de Hernando

Ser feliz y llevar una vida sana es el secreto, según Antonio Cipriano Castelli, para llegar a los 103 años. Pero no se trata sólo de llegar: Cipriano está lúcido, memorioso, y activo. Tanto que sigue jugando a las bochas, haciendo gimnasia y leyendo el diario, de punta a punta, cada día.

El cumpleaños 103 lo celebró el jueves pasado, en su casa de Hernando.

Cuenta que nunca lo llamaron Antonio, porque entre sus 12 hermanos uno más llevaba el mismo nombre. Era el quinto de 13 hijos que tuvieron José y María, italianos que decidieron vivir en Argentina.

No cuenta que hace gimnasia. Lo muestra: antes de dialogar con este diario, practicó varios ejercicios físicos; usó una silla para flexionar sus piernas y se elevó usando de barra una rama del árbol de su vereda. Dice que es su rutina y se muestra convencido de que lo ayuda a sentirse bien.

Resumir un siglo

Nació en un campo cercano a Hernando, en Las Perdices. De niño, se mudó con su familia a otro, en Punta del Agua, de la misma zona. A los 60, con su esposa y dos hijos se mudó pero otra vez cerquita, a Hernando.

“Hice mucho sacrificio. Hice todo lo que pude, no me quedó nada. Soy de una familia humilde, comencé a trabajar en un campo a los 10 años. De joven vivía solo en una casilla de madera, en la zona rural, hasta que con trabajo me pude comprar 100 hectáreas, en esta zona, que pagué 200 pesos, porque me ayudó un amigo. Después lo vendí, con mucho dolor, porque no estaba bien de salud. Pero me recuperé y sigo”, relata resumiendo un siglo en cinco líneas.

Es totalmente independiente. “Vivo solo desde que quedé viudo, así como me crie solo. Me levanto a las 7 de la mañana, me afeito, tiendo la cama y me hago el desayuno. Después camino siete cuadras a la mañana y otras seis a la tarde. Veo fútbol y política por televisión y todos, pero todos los días, leo La Voz del Interior. Hace años que antes de dormir, todas las noches, hago ejercicios. Después de los 50 años, hay que cuidarse, no comer tanta carne, no trasnochar, no fumar y siempre estar en actividad”, relata Cipriano, entre la crónica y el consejo.

El hombre no le escapó a la vida social y comunitaria. “Fui el primer concejal justicialista de Hernando, cuando el radical Pedro Candela era intendente”. Y no le escapa a analizar la actualidad: “En Argentina nos sobran alimentos y mucha gente no los puede comprar, es una pobreza injusta, es una cuestión de mala administración del país”, apunta.

Entre risas, recuerda que intentó buscar otro destino para su vida. “A los 20 años hice el servicio militar en forma voluntaria, porque quería hacer la carrera militar. Nos trataron tan mal que me volví a juntar maíz al campo. Después me casé a los 33, cuando mi mujer Alicia tenía 22. Ahora tengo dos hijos, cuatro nietos, dos bisnietos y el tercero por nacer”, describe con marcado orgullo.

Cipriano todavía juega a las bochas. “Fue muy lindo viajar en avión a Buenos Aires, porque el Comité Olímpico de Bochas me pagó el viaje, para darme una medalla, por bochófilo a los 100 años”, remarca.

Con su cuerpo delgado y erguido, apenas toma dos remedios por día. Y dice que sólo pide “morir sin dolor”.