Bochas con perfume de mujer.

8 de marzo, Día Internacional de la Mujer. ¿Cómo podríamos reconocerlas a ellas en MundoBochas? Decidimos mirar el deporte desde otro costado, no desde adentro de la cancha, sino desde afuera, desde la persona que acompaña a su marido cada domingo. Que vive, siente y palpita junto a su hombre.

Aquí van tres historias imperdibles, tres testimonios de las damas que recorren los caminos de la vida y de las bochas junto a tres notables jugadores.

Adriana es la esposa de Jorge Riba, la que más años tiene pegada a la baranda observando a su esposo. ”Desde 2001 lo acompaño a Jorge. Amo las bochas, me crié en el campo y no jugué con muñecas, vivíamos jugando a las bochas”. Así comenzó a contar su historia a MundoBochas quien solemos ver en los distintos torneos donde interviene el rompebochas de Los Surgentes. También es clásica la postal de ella con la botellita de agua al costado de la cancha.

“La vuelta de un torneo siempre es buena, más allá de los resultados. Jorge cuando el campeonato terminó se olvida del resultado y volvemos contando algún cuentito” comentó al ser consultada sobre si influye en el humor del bochador el hecho de haber ganado o perdido algún partido.

“Nunca me aburro – cuenta – entre partido y partido siempre hago algo, salgo a caminar o disfruto otras cosas”.

“Mi papá me llevó a jugar a la cancha a los 15 años – continuó – nos pusimos de novio y me casé a los 16, Jorge tenía 22. Hace 36 años que estamos casados”.

Lu Torres arranca diciendo “A Dami – por Chuda – lo acompaño desde hace dos años y medio en las bochas. Al principio no entendía nada obviamente y por ende no cazaba una. Pero al ir entendiendo cada vez más, la cosa se puso interesante ya que empezaba a sufrir cada partido, a tirar algún insultito por lo bajo cuando a Dami no le salí alguna jugada y a festejar algún bochazo, siempre con discreción, por supuesto”.

“Pero siendo sincera – continuó – al día de hoy ya me atrevo a retarlo cuando veo que arrima en vez de bochar o viceversa” (sonríe).

¿Cómo es la vuelta a casa? “Obviamente que cada resultado se nota en el regreso a casa, el humor, la charla, el tono de voz. Pero siempre estoy ahí para escucharlo y para hacerle saber a Dami que soy su fans número uno y toda una experta en la materia” concluye volviendo a sonreír.

“Los torneos son largos –prosigue – y se hacen interminables las horas, más la espera entre partido y partido, teniendo en cuenta los nervios que esto implica. Me pongo súper nerviosa dependiendo el rival, pero siempre pasando las horas de la mejor manera, charlando con alguna amiga que este deporte me dio por suerte. Somos varias las que compartimos esta locura linda de fines de semanas juntas. Con Adriana, mujer de Jorge Riba somos amigas, al igual que con las señoras de Pusseto y Spessot . Y mis más amigas y con las que tengo una amistad hermosa e inigualable son Mariana, mujer de Fabricio Bragachini y Deby Stampanone de Apez. Con Mariana somos hermanas de la vida y con Deby, que puedo decir, ¡es mi otro yo! Con eso resumo todo lo que las bochas me han dado; de todas formas me llevo bien con todo el mundo y todos saben que acompaño a Damián incondicionalmente”.

¿Te aburrís en algún momento del torneo? “Es lógico que más de una vez me aburra si es que estoy sola o no tengo con quien charlar; pero siempre fiel a mi gordo, palpitando el minuto a minuto de cada partido como quien dice”.

“Un 6 de febrero del año 2002 comencé mi noviazgo con Pablo y a la semana siguiente conocí por primera vez una cancha de bochas”, así comienza narrando su historia Deby Stampanone de Apez, esposa del actual jugador de Unión Bochas de Sacanta. “¡Me acuerdo – continúa contándole a MundoBochas -como si fuese ayer! Lo acompañé a un torneo organizado en Pilar. Imagínense, festejábamos el día de los enamorados por primera vez en su ámbito; él estrenaba novia y comenzaba su temporada jugando para el Club Social y Deportivo Guayaquil de la ciudad de Córdoba. En este club conocí personas que nos apoyaron y nos ayudaron a que hoy seamos marido y mujer. Uno de ellos fue Héctor Meana persona por la cual estoy infinitamente agradecida. A partir de ese campeonato tuve la posibilidad de viajar por muchas provincias de nuestro querido país, de conocer Perú y convertirme según él en ‘su cábala’ ”.

Ante la consulta sobre lo que representan para ellas las bochas respondió: “A lo largo de estos 13 años junto a Pablo descubrí algo más que un deporte, las bochas ocupan un lugar muy importante en nuestras vidas, gracias a ellas pudimos cumplir muchos sueños. Para Pablo representan su historia, sus anhelos realizados y gracias a ellas pudo ayudarme a terminar mi carrera de docente. Se pueden imaginar que era una salida laboral es por eso que cada campeonato asumía el compromiso y la disciplina que requería. Las bochas me hicieron conocer a una persona repleta de valores, de entusiasmo, de perseverancia y es muy emocionante saber que crecimos como pareja junto al mundo de las redondas”.

¿Te gusta el juego en sí? “ Me gusta disfrutar del juego cuando Pablo es el protagonista, me gusta admirar su temple y su disciplina. Conozco un poco el reglamento, admito que no estoy tan interiorizada en el tema. El juego me atrae porque gracias a él conocí personas maravillosas, lugares, paseos con historias y momentos imborrables de grandes emociones”.

Sobre como es el regreso a casa, Deby contaba que “independientemente del resultado lo triste es dejar un fin de semana de amigos, mates con las chicas, paseos (sonríe). Y cuando Pablo viaja solo, es interminable la espera, el extrañar y el reencuentro es inexplicable, estoy tan orgullosa de él, porque esto es su vida, es una pasión y yo desde mi lugar lo apoyo incondicionalmente. Es un ejemplo de vida”.

El tiempo, la espera, los viajes; así los vive la protagonista de esta parte de la nota: “El tiempo no se mide, desde el momento en que me entero que hay un torneo y puedo ir, es una adrenalina, ya estoy en la cancha (sonríe). Y durante los partidos compartís mates, charlas, nos ponemos al día, se pasan las horas volando. Hemos logrado un grupo hermoso, personas de bien con casi los mismos objetivos. Y si voy a un campeonato y me encuentro sola me convierto en su directora técnica, me cuenta la jugada que va hacer. Hay una frase que siempre le digo ‘más vale pájaro en mano que cien volando’. Pablo me dice que soy su ‘apoyo logístico’ “.

Para el final llegó el momento de las anécdotas. Adriana Civitelli cuenta que “en Villa María en un sorteo no lo conocía a Pablo – por Apez – me dijeron que era de Luque y salió él. Y yo decía bajito ‘que salga Jorge Riba, Jorge Riba’, y salió (sonríe). Y le ganó Pablo, ahí lo conocimos. El partido fue largo y le dije a un amigo: ‘estos me van a hacer morir de hambre, no termina más’; a lo que me contestó: ‘quedáte tranquila que tenés reservas para rato…’”. Lu Torres, a su turno, nos dice que “como anécdotas puedo contar millones, pero la más presente es que cada vez que Dami vuelve de un torneo o especial, en el medio de la noche cuando estamos durmiendo me despierta para contarme alguna jugada que le salió mal. Entonces yo, entre que estoy dormida y con la poca lucidez del momento, tengo que imaginarme en el aire si la bocha va atrás, si el bochin juega o no…(sonríe). Aparejado a esto viene la típica respuesta: ‘Damián son las tres de la mañana, ¿es necesario?’ “. Y agrega una más la esposa del rosarino. “O también llega tan mimetizado con algún partido que sueña que va a bochar y levanta la mano, haciendo un ruido con la bocha como si le pegara chanta, siendo que de chanta poco y nada. Y menos aún cuando a la que la toca a es a mí o me tira del pelo (sonríe)…”. A su turno, Deby Stampanone agrega: “una que me viene a la memoria fue en un partido que tenían medir cuál era la bocha ganadora, estaban con poca diferencia y bueno… me quise meter (la primera y única vez ja) y aplicar un teorema matemático que se utiliza cuando se forma un triángulo. Esa mano fue punto para la contra (carcajadas)”.

Sobre las bochas, Lu agregó que “este deporte no sólo me dio la posibilidad de tener amigas, amigos, de conocer gente y lugares maravillosos, también, pero por sobre todo, de acompañar incansablemente a mi amor, a mi ídolo, a la persona que elijo día a día; de la que siempre digo ¡soy su fans número uno!”. Y Deby acotó: “las bochas nos hacen muy felices y hoy que estamos por ser tres prometí apoyarlo para que logre todas las metas que se propuso. Espero poder disfrutar muchos años más de esta hermosa pasión. Quiero agradecer infinitamente a todas las personas que integran la familia de las bochas, especialmente a ‘mis chicas’, a nuestros queridos amigos, a la familia que integra el Club Unión Bochas Sacanta especialmente a Nicolás (por Pretto) que juntos son una gran potencia como jugadores y como personas. Y un afectuoso gracias a las autoridades de este deporte por haber puesto su voto de confianza en Pablo. Y decirles a los que no conocen las redondas que se atrevan a descubrirlas”.

Y para el cierre elegimos una frase que esbozó una de ellas, pero que sin dudas resume el pensamiento de las tres y del resto de las mujeres que van a los clubes o bien esperan a sus parejas tras la vuelta luego de una jornada bochofila. “Detrás de cada jugador siempre hay una mujer que lo apoya, lo acompaña, lo banca y lo espera después de cada torneo”.