Nunca sentí un silencio tan fuerte en una cancha de bochas. Y dudo que lo vuelva a sentir. La euforia brasileña y su particular forma de sentir las bochas y la vida chocó con el pragmatismo italiano en la final de Mundial de Raffa Volo Passo Fundo 2007.
La serie estaba 1-1 con un triunfo para cada uno. Y se definía con la dupla. Allí llegó la bocha de Mirko Savoretti, la loca carrera del italiano y sus compañeros celebrando una nueva consagración de la «azurra». Y luego de ese sepulcral silencio, vino un cerrado aplauso reconociendo el justo triunfo de la escuadra que tuvo al mencionado, a Giuseppe D’Alterio, Gianluca Formicone y Marco Luraghi en su formación.
Argentina, que había caído en semis ante el local Brasil por 2 a 1, culminó en el cuarto puesto. El seleccionado celeste y blanco estuvo integrado por los jugadores Raúl Basualdo quien militaba en 3 de Febrero, Luciano Bardelli de Independiente de Bahía Blanca, Juan Pablo Urra de Amalia de Tucumán y Francisco Spessot de Ferrocarril del Este de Diamante, Entre Ríos actuando como D.T. Juan Carlos Orona.