La estampa. La mirada fija en el objeto a impactar. El braceo perfecto. El tranco que es la plataforma de despegue hacia un nuevo bochazo pegado. Hoy pasea su talento por el campito, la génesis de todo buen bochador. Allí donde surgen virtuosos que luego disfrutamos en la cancha. Y ahí también tiene su pasado Daniel Contreras, cordobés de Wenceslao Escalante.
Subió a lo más alto del podio en tres oportunidades, en las que vio la gloria al consagrarse campeón argentino. En dos ocasiones fue con los colores de la Federación Argentina de Bochas, Capital Federal como le decíamos todos. En 1987 logró el de tercetos en Jujuy, junto a dos grandes como Jorge Ghío y Juan Carlos Orona. En esa ocasión, según cuenta la estadística, Nicolás Mustenzo fue el cuarto hombre. Su segunda medalla dorada llegó en Río Negro en 1995. Duplas junto a los Juan Carlos: Orona y Ludueña. ¡Que nombres!
Y el tercero de los nacionales llegó con la casaca de su Córdoba en 2002. Fue en suelo santafesino, en Cañada de Gómez, acompañado por Dante Nuñez y Marcelo Arzuaga.
En la tierra del campito o en la cancha. Un crack todoterreno. Ese es Daniel Contreras.