Fue su momento. El instante sublime de la carrera de estos tres árbitros. Un cordobés, un misionero y un bonaerense. Ellos se subieron a la cúspide del referato bochófilo y se encargaron de impartir justicia en la final entre Argentina-Italia en Iguazú 2012.
Junto a MundoBochas repasaron la previa, las sensaciones y lo que significó ser parte del match final de la máxima competencia mundial.
Comenzó Rubén Di Gaudio, quien contó sobre la previa que “Casi no tuve tiempo de darme cuenta o ponerme a pensar la responsabilidad que tenía, ni más ni menos, para arbitrar la final de ¡un campeonato mundial de bochas!; ya que la designación fue un rato antes que se disputara. No recuerdo estar nervioso; sí muy expectante, ante tamaña responsabilidad, de hacer las cosas bien y dejar bien vista a la C. A. B. a nivel mundial”. Y prosiguió el hombre de San Pedro Norte: “En lo deportivo considero que es el mayor logro que un árbitro puede aspirar, más si le sumo que fue el partido de tríos (modalidad por excelencia de cualquier especialidad bochófila), que todo el estadio estaba a la expectativa ya que fue el primer partido de la final y que no se jugaba en simultáneo como se juega el individual y pareja. En lo personal es un orgullo, es como la frutilla del postre, la rúbrica de que todo el esfuerzo en pos de este deporte no fue en vano; y que lo que inició un día con titubeos hoy es una firme realidad. Orgullo también para mi familia (esposa e hijos), ya que son ellos los que me bancan y apoyan sin condición. También lo es para el pueblo donde vivo, un pequeñísimo punto en el mapa de la República Argentina”.
El misionero Dardo Amarilla volcó también sus sensaciones. “Te puedo contar que desde el mismo momento en que recibí la convocatoria – empezó a explayarse el nativo de la tierra colorada – ya no dejo de correr una adrenalina muy especial por todo mi cuerpo, mis pensamientos ya se trasladaron a ese torneo , que como sabrás es a lo máximo que se puede soñar llegar como juez, así que todo mi ser vibraba de emoción. Y así llegó el momento de arribar al lugar convocado, ya el ir encontrándome con los colegas y amigos también convocados para esta contienda, nos ponía muy felices, por lo que estaré eternamente agradecido a toda la dirigencia de la Confederación Argentina de Bochas, pues como sabrás convivimos con un gran número de jueces de muy buen nivel, así que estar seleccionado para representar a mi país en este duro arte de impartir justicia ya es una inmensa alegría; y que se realice en Misiones, mi provincia natal, significaba todavía una sobrecarga mayor”. Y luego continuó indicando que “cuando llegaron las finales y me nombraron para dirigir una de ellas, no cavia en mi mismo, pero recuerdo las justas y necesarias palabras de aliento de mis jefes directos, Alberto Andrada y Néstor Bellver, quienes con pequeñas frases que potenciaron en mi, hicieron que pueda salir a la cancha tranquilo y seguro. Y así se desarrollo todo el partido, afortunadamente sin contratiempos ni jugadas de difícil resolución”.
Todo el plantel arbitral de Iguazú 2012.
Fabián Delgado, hombre de la Bahía Blanca, comenzó con una pregunta, y continuó…”¿Por dónde empezar? Tarea nada sencilla. En mi caso, fue una alegría enorme haber sido designado para dirigir el mundial, máxime que apenas llevaba un año como juez internacional. Los meses anteriores fueron de estudio del reglamento que, si bien es parecido a nuestro juego sudamericano, tiene sus diferencias. Y luego, la pregunta del millón: ¿estaremos a la altura? Por cómo habíamos estudiado el reglamento, no me cabían dudas; pero, al ser la primera vez que dirigíamos esa especialidad, uno tenía la incertidumbre de cómo nos íbamos a adaptar. Esta duda quedó zanjada al segundo día de competencia, cuando nos acomodamos definitivamente a la especialidad y luego todo se desarrolló sin mayores problemas”. Sobre lo que recuerda de la convocatoria a arbitrar el juego final, decía que “en cuanto a la designación para dirigir la final individual del mundial, realmente fue una sorpresa para mí. Éramos 11 jueces, todos muy capacitados, por lo que ese sábado, cuando llegamos al estadio y me enteré de la designación, lo primero que hice fue tomar el teléfono para compartir esa enorme alegría con mi esposa e hijos. Y a partir de ahí … la ansiedad de que llegue la hora de entrar a la cancha. Si mal no recuerdo, la final fue sobre las 16 horas, así que durante todo el día, la ficha iba cayendo de a poco. El reloj parecía andar cada vez más despacio, por lo que a cada minuto se agigantaba lo que sería una realidad: ¡Dirigir una final del mundo! Hasta que, luego del reconocimiento a los jueces, llegó la hora de la verdad. Fuimos convocados a un sector del estadio, junto con la Comisión Técnica y las delegaciones. Nos tocó ingresar en primer lugar a las canchas, con Oscar Butti y Leonir Da Costa, por la Técnica, y mis amigos Rubén Di Gaudio y Dardo Amarilla. Después, hicieron su ingreso las delegaciones. Y a continuación, los himnos. Y quedó registrado que soy una persona que se emociona fácilmente. La cámara de MundoBochas estaba sobre una de las tablas, tomando una panorámica de nosotros cuando se interpretó el himno de nuestro país. Con los primeros acordes, la emoción se hizo incontenible, y de ahí en más, era cantar el himno, desatar los nudos de la garganta y secar las lágrimas de emoción. Cada dos por tres vuelvo a ver ese video, pues realmente ha sido uno de los momentos más emotivos de mi vida. Menos mal que tuve tiempo suficiente de espera para dirigir, pues primero se jugó el terceto, y luego fueron simultáneamente las parejas y el individual. Eso me permitió recuperarme de toda la emoción del momento”.
Sobre el partido, le contaban esto a MundoBochas: “Recuerdo que cuando Argentina empata el partido 9 a 9 – cuenta Di Gaudio, quien dirigió el primer juego de los tríos – me doy cuenta que realmente estaba dirigiendo la final de un campeonato mundial y que era asistente directo de un hecho bochófilo histórico, a nivel nacional e internacional. Que si Argentina ganaba quedaba muy bien parada para llevarse el título mundial y yo ahí, para vivirlo en primerísima persona; pero Di Nicola y compañía me trajeron a la realidad, Italia estaba un paso adelante nuestro”.
Amarilla, árbitro de las duplas, decía que “te puedo contar que como recuerdo ejemplificador, me quedo grabado el accionar de la selección de Italia , mas allá de sus logros en lo deportivo en sí, quienes durante todo el desarrollo del torneo han demostrado su caballerosidad , lealtad y por sobretodo honestidad. Y en más de una ocasión y aun cuando la jugada le resultara adversa , han dictaminado por motus propio que sus bochas debían ser anuladas reconociendo alguna infracción que estas habían cometido , con todo lo que esto significaba , pues estaban jugando la final del mundial y contra la Argentina , nada menos. Y con mensajes como estos , entre el calor , el cansancio y los nervios propios de llevar adelante esta noble tarea , todo ha transcurrido muy rápidamente”.
Delgado, en tanto decía que “en cuanto al partido, no tuve mayores inconvenientes. No hubo jugadas dudosas, y el jugador italiano le ganó con holgura a nuestro representante Raúl Basualdo, por 11 a 3, pues al terminar el partido de parejas con la victoria de Italia, nuestro partido quedó finalizado con ese resultado”.
Agarró el bochín nuevamente Di Gaudio y recordó que “Como jugada ‘difícil’ fue una rafa que tiró Guillermo Montemerlo al fondo de la cancha, la bocha lanzada golpeó la bocha cantada e hizo el juego (juegazo) esperado, pero previamente había tocado la tabla (te recuerdo que el impacto debe ser directamente sobre el objeto cantado), la jugada era irregular. Por supuesto los tanos la hicieron mala. Lo dificultoso de esta jugada estuvo en que el toque en la tabla fue milimétricamente antes que golpeara en la bocha”.
Cantan los himnos y la emoción está a flor de piel en los tres jueces.
Llegó el momento de las anécdotas, esos instantes que siempre nos gusta reflejar en cada crónica. Di Gaudio tiró una que siempre está presente y comentó contándola así: “La que me recuerdan todos: ‘¡¡¡cómo se enojó la rusita, eh !!!, ¿te acordás?’….como para olvidarlo, casi me come ‘la rusita’ esa noche. Si mal no recuerdo jugaba Rusia contra Suiza. Resulta que cobro un fallo en contra de Rusia y al parecer a la técnica (‘la rusita’, por su menuda contextura física) no le gustó, saltó del asiento y se me vino cruda; como no entendía lo que me decía me quedé impávido; no conforme con ello se dirigió a la mesa de control. Allí lo atacó casi literalmente a Oscar Butti (Presidente de la Técnica por parte de la C. B. I.), hablaban en italiano, nunca supe que le decía, aunque me lo imaginaba. Luego de un buen rato de ‘jarabe mandibular’ Oscar la logra calmar y el partido continuó normalmente. Y como ‘la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida’ – siguió el cordobés – me encuentro con ‘la rusita’ en los Juegos Mundiales disputado en Cali, en el 2013. Juro que temblé al verla, pero se portó como toda una dama, nos saludamos y quedamos como chanchos amigos”. Fabián, por su parte, significaba diciendo que “Anécdotas del mundial hay muchas, sobre todo en un grupo de jueces que tenemos una relación espectacular, sin ningún tipo de vanidades y donde no hay diferencias entre los que ya son jueces hace años y los que somos jueces hace menos tiempo. Pero, puesto a elegir alguna, me quedo con la de la indumentaria. Tiempo antes del mundial nos pidieron las medidas para hacernos la ropa. Todos la enviamos y el domingo a la mañana nos entregaron las chombas y pantalones personalizados. Seguramente se deben haber mezclado las medidas, porque uno de nuestros jueces, para no pisarse el pantalón, debía poner el elástico a la altura del pecho. De más está decir que cuando se lo probó por primera vez, las risas se escucharon hasta en las Cataratas, que estaban a 25 kilómetros de distancia. Tuvimos que recortarle unos 30 centímetros en cada pierna del pantalón para que lo pudiera usar. Es el día de hoy que, en cada torneo que nos encontramos, se lo estamos recordando”.
Para el final, llegó la hora de los agradecimientos. Di Gaudio manifestó que “A la distancia quiero agradecer a los que hicieron posible que participara de tan importante acontecimiento y experimente una semana inolvidable, en lo deportivo y en lo personal: a los dirigentes de la C. A. B. (Limardo, Andrada y Bellver) y a mis compañeros jueces (Amarilla, Avendaño, Martinuzzi, Vernay, Corpacci, Barrionuevo, Delgado, Deán, Robert, Rouax y Alanes)”. Delgado por su parte dijo que “una vez más debo expresar mi eterna gratitud a todos los dirigentes de la C:A:B: por haber confiado en mí , a mis queridos colegas y amigos los jueces , quienes me han apoyado en todo momento y a todos los jugadores en general, que hacen que me sienta orgulloso de practicar el deporte de las bochas y que jugarlo y dirigir , sea realmente un placer”.