La frase se escuchó en la cancha, en los pasillos y retumbó en las redes sociales. Lo soñaron, lo pensaron, lo imaginaron. Querían hacer un gran evento, inaugurar su remodelado estadio y principalmente, homenajear al Toto, al integrante de la familia Arce que ya no está físicamente entre nosotros pero que ha dejado huellas en los corazones de todos quienes lo trataron.
Carlitos fue la cara visible. Detrás de él se encolumnaron un grupo de jóvenes del barrio con ganas de trabajar, de poner su esfuerzo en una causa noble como la de hacer crecer al club de su zona.
Tuvieron apoyo porque vieron en ellos seriedad para encarar la empresa en la que se embarcaron. Los jugadores cumplieron, el espectáculo hizo vibrar al público que en gran número – tal la costumbre zarateña – se sumó a las canchas; y el éxito coronó el emprendiento.
Ya sueñan con la edición 2016, ya se imaginan como será. Por ahora es momento de descansar muchachos, de reponer energías con la satisfacción de que lo han logrado. ¡Felicitaciones!