A vos te digo. Sí, si, no pases corriendo por al lado como que no me viste o escuchaste. Ah…parece que ya estás estirando los músculos para el próximo partido. Bueno, si no me escuchas levanto un toque la voz y te nombro por tu apellido. ¡Hey Pretto, tenés un minuto! Ahí viene – les cuento a ustedes – caminando hacia mí, con cara de “yo no fui”.
Ya lo tengo frente a frente. Me mira y se predispone a escuchar mi monólogo: “Che Nico, aflojá un poco hermano, tomate un fin de semana, anda a pescar, a jugar al paddle o a algo que te gusta. ¿Veo que no me entendés? Te digo que no juegues unos días, que desistas de los torneos. Pensá en nosotros, en los que escribimos, en los que hacemos medios profesionales pero con un dejo de artesanía. Vos pensás que es fácil buscar títulos (me sigue mirando, no frunce ni el seño, escucha), vos crees que cada vez que ganás un torneo nosotros frotamos una lámpara y surgen las palabras para describir lo que vos hiciste. Para nosotros no es tan fácil como para vos pegar bochazos…”. “Ya escribí la nota de tus técnicos – continúo monologando ante su respetuosa atención y silencio – de que en Francia te decían Messi, ‘La evolución de la máquina’ (que para mi fue una genialidad ese título), ya tengo in mente ir a tu Sacanta algún día para charlar con los que te conocen, pero no tengo mucho más por más que exprima y exprima las neuronas a cualquier hora. O sea, te lo pido por favor casi, pensá en nosotros, dejanos descansar un poco, danos un respiro loco…”. Me sigue mirando, no se si no me entendió – lo dudo – o si le parece una pavada lo que le digo. Voy por más, empieza una especie de confesión periodística, como un mano a mano con mi terapeuta. “Además, ¿quiénes fueron los cráneos de tu pueblo que fueron a buscar al Pablo Apez en su plenitud, en su madurez? Que vivos que son eh…unos pícaros bárbaros. La siguen complicando, ¡no piensan en nosotros! –levanto la voz y el nada, pero se empiezan a acercar Marcelo, el Tin y el Cuia, los cercanos – que quieren que ponga ‘Otra vez sopa…’ o algo por el estilo… Exprimo y exprimo y nada. Sólo me sale ‘Apez y Pretto en Oncativo’, ‘Otra vez ellos’ y no mucho más que eso. Dale, haceme caso. Invitalo al Pablo también. Dejen las bochas un finde. Bueno, por tu cara veo que no te convence mucho la idea. Pensalo pibe, sos joven, tenés un carrerón (le arrastro la o y le pongo tonada cordobesa a ver si le simpatizo, como diría Quico) tomate unos días y danos descanso a nosotros…”. Se da vuelta, me saluda cordialmente y sigue. Creo que no me va a dar bola. Aceptará la próxima invitación y seguro meterá título o podio. El problema será nuestro, como desde hace un largo tiempo atrás…
P/D: El diálogo es imaginario e irónico, nunca existió ni existirá. Lo aclaro por si alguno se confunde. Quería graficar lo complejo que es narrar periodísticamente este momento de Pretto y la brillantez de la dupla que forma con Apez. ¿Se entendió la idea? Bueno, gracias, es lunes por la matina y no es fácil sacarle jugo al teclado.
P/D 1: El Gráfico tiene una columna mensual notable, una perlita que se llama 1000 palabras (yo me esforcé y llegué a 500 – no las cuenten, son 504, les regalé 4 eh…-), esto sería una burda copia ja…