Corría 1995. Argentina iba camino a la segunda presidencia de Carlos Menem. La convertibilidad y el uno a uno reinaban económicamente en nuestro país. En las bochas, Limardo estrenaba prácticamente su primer mandato, el que había asumido un año atrás. Y sería el año en que Salta, la provincia norteña, conseguiría su primer y único título argentino. Fue en la geografía de la capital donde un hombre de dicha tierra, Carlos Barrionuevo, gritaría bien fuerte campeón.
MundoBochas contactó al maestro salteño, quien se sorprendió de la memoria estadística de este medio, agradeciendo tener presente la fecha significativa de aquella proeza.
– Hace 20 años que ganaste el nacional individual, ¿lo tenías presente?
– Tenés razón… (se queda pensando)
– Si mal no recuerdo fue el primer y único título salteño.
– Sí, es correcto.
– ¿Cómo fue tu preparación previa teniendo en cuenta que ibas a ser local?
– Te digo, dos semanas previas al campeonato me fui de Orán – de donde es nativo – a Salta, estoy a 260 kilómetros.
– ¿Vos vivís en Orán?
– Sí, es la última ciudad fundada por los españoles en América, te lo paso como dato. Yo me fui dos semanas antes a prepararme, a entrenar. Ahí tuve gente que me colaboró para conocer las canchas. Hubo gente que estaba dispuesta a hacerlo y eso es lo que yo siempre valoro. Algunos iban a la mañana y otros a la tarde, se turnaban y a mí me hacían la estadía mucho más llevadera.
– ¿Te pesó el hecho de ser local?
– Mirá, la verdad es que previo al torneo tenía las dudas de si iba a clasificar, honestamente no pensaba que iba a llegar a la final. La gente me alentaba y me decía que si podía. Es más, había una cancha que estaba reservada para la final y me mandaron a practicar ahí. Yo les decía “para que voy a ir a practicar ahí…”. Sirvió, porque esa cancha tenía dos trampitas y alguien me las enseñó. Lo que yo recuerdo como anécdota es que amigos que no son del mundo de las bochas se han acercado a desearme suerte. Yo del ’84 al ’88 estudié en Salta y esa gente, que había dejado de ver y gente de las bochas, yo me acuerdo de dos señores enfermos, uno que andaba con suero el domingo de la final se acercó a saludarme y desearme suerte. Eso me llena de satisfacción.
– La semifinal le ganaste a Aldo López de Río Negro y la final a Cristian Carbone de Entre Ríos.
– En 9 la final y 18 a 17 a López la semi.
– ¿Cómo fue tu juego?
– Mucho de arrime, principalmente a Aldo López y en la final. Tuve que cambiar el juego. Bochar menos y procurar trabar el juego, ganar tantos. Yo me acuerdo de eso. A veces a una bocha no le tiraba si estaba pasadita y con la segunda le trababa el juego. Lo que valió mucho fue el arrime. Ahí entendí la importancia porque hasta ese momento no valoraba el arrime, todo era bochazo que es más espectacular. Pero no, si no hay buen arrime no podés ganar.
– La sensación cuando te consagraste, ¿que te acordás de ese momento?
– Mira…(piensa) me sentía más local que nunca porque la gente de Orán fue a alentarme. Fueron el sábado a la noche para la semifinal. Hubo como 20 vehículos que fueron, hicieron campamento por ahí y se quedaron para la final. Eso destaco mucho, que la gente de Orán se hizo presente. Y en Orán se lo vive como al fútbol a las bochas, en ese tiempo se vivía así. Se hacía sentir la hinchada. En Salta es más caballeresco, son de aplaudir; estos alientan. Me hicieron sentir como si estuviera en Orán.
– ¿Fue el primer individual que participaste?
– No, ya había jugado en el ’92 y ’93. En Ceres en el ’93 hice papa, perdí los cuatro partidos, dos fueron 15 a 14… Y en Mendoza en zona de 6 quedé afuera por las variantes de desempate.
Todo fue alegría para el pueblo salteño. (Foto: Album familiar del entrevistado)
Datos.
Orán. Consultando una Enciclopedia, la misma indica que Orán es un Departamento de Argentina, en la provincia de Salta con casi 125 mil habitantes. Su cabecera es la localidad de San Ramón de la Nueva Orán.
Agarró el chico con la mano. La historia es muy recordada en el referato bochófilo. Un bochazo pegado el bochín, el mismo se encuentra saliendo hacia afuera de la cancha cuando un jugador lo toma con la mano y Dante Sambrini, juez del cotejo, sentencia la pena máxima: 6 puntos. Si bien no lo consultamos a Barrionuevo, cuentan que fue a Salta a la que le aplicaron el artículo del reglamento. Esa jugada sería la que le daría al arbitro actuante la consideración que lo catapultaría a ser uno de los mejores exponentes del referato en esa época.
Arbitró la final. El ceresino Oreste Paulon fue el encargado de arbitrar la final entre Barrionuevo y Carbone. Consultado por MundoBochas indicó que “recuerdo muy bien ese torneo, fue el primero que salí sólo a dirigir y me tocó la final. Barrionuevo jugó muy bien todo el campeonato, arrimó mucho”.
Maestro. Le dicen maestro, aunque en realidad es profesor de escuela secundaria dando Derecho y materias afines. “Aquí te dicen maestro, y a mi me gusta”. Cuando sonó el celular con nuestro llamado, Carlos pensó que era el padre de un alumno que había reprobado un examen. “Acá todos tienen mi teléfono, entonces me llaman para preguntar que ha pasado en los exámenes”.